SEXO, INSEGURIDADES Y ROCK AND ROLL…
Cuando
tenía nueve años pensaba que
todas las mujeres teníamos un voto de
celibato hasta el matrimonio. Creía, sin duda, que
permanecíamos vírgenes hasta nuestra noche de bodas. Estaba segura
de que, una vez dejara que alguien me penetrase, mi mundo iba a cambiar de
forma indescriptible aunque fundamental. No podría volver a abrazar a mis padres con la misma
inocencia, y estar a solas conmigo misma adquiriría otro cariz.
¿Cómo iba a poder
seguir con mis rutinas después de que alguien
hubiera estado husmeando en mis adentros? La idea del coito ME PARECÍA ALGO vergonzoso y asqueroso pero ha medida que
crecía había algo que me atraía sumamente.
A
los dieciocho se está en la edad de oro a la hora de “morrear” y “meter mano”, explorar, experimentar. Vivir todo tipo de nuevas
experiencias ya que casi TODO es nuevo. Se descubren los cuerpos y llegan los
primeros complejos y las inseguridades por mostrarte.
Pero seamos sinceras creo que a esas
edades disfrutar, lo que se dice disfrutar… (al menos en lo referente
a la penetración)… digamos que te das cuenta que no es como en las películas de Hollywood.
Hay gente que vive con cierto asco y
rechazo su primera vez o, incluso, su primer beso. Demasiadas babas, demasiada
vergüenza, demasiados
miedos, demasiadas expectativas en torno al sexo… Recuerdo como en aquella época una multitud de preguntas se agolpaban en mi
cabeza… sobre la llamada ‘revolución sexual’.
El
amor 'siempre’ iba unido al sexo o así era como nos enseñaban desde el mundo de
'lo normal’, o el mundo de las princesas Disney, hasta que llegó Maléfica.
Pero
en la veintena todo cambia y en la adolestreinta todo vuelve a dar un giro,
mucho más natural.
Fuera vergüenza y adiós a los mitos y tabúes que no te dejan disfrutar. Y es que este es uno de los lastres más grande que tenemos para avanzar.
Ya eres menos insegura con tu cuerpo y
lo conoces al “dedillo”. Ya no existen prejuicios. Sabes todo lo que te
gusta y lo que no porque ya lo has experimentado. Aprendes a decir NO
rotundamente. Eres más selectiva y hasta
te entrenas con sexo tántrico por
tutoriales en Youtube (muy interesante por cierto) y descubres un nuevo mundo de sabiduría y placer.
Haces cosas que no te habías atrevido a hacer antes, tal vez pues ya has
perdido el miedo de que te juzguen o peor, juzgarte mal a ti misma.
Solo dejas que las cosas se den y
sucedan. Disfrutar el momento sin plantearte nada. Se convierte únicamente en placer, relax, o destensionarte de todo lo
que te estresa en tu rutina diaria. El sexo es una escapada o una meditación… sirve para muchas cosas, y saber disfrutar de esto es la frontera que convierte al resto de los
amantes en insulsos e ignorantes.
Para
bien o para mal ha sido Samantha Jones en “Sexo en Nueva York” una de las que nos
ha enseñado un rol nuevo y
distinto de la mujer: la mujer alfa.
Una mujer independiente, exitosa,
divertida, segura de sí misma… pero sobretodo, sexualmente desinhibida. Que se
enfrenta a la trabas de la vida y que vive el sexo como hasta entonces sólo a los hombres les era permitido.
Ya no se espera nada de los tíos (no
por androfobia, sino por dejar de creer en los príncipes azules).
Destruye el mito de que “masturbación” y “porno” eran cosas de hombres. Se habla de sexo sin tapujos
sin rozar la ordinariez – incluso – lleva la soltería orgullo (como debe ser) y muchas cosas más que nos ayudan a romper con estereotipos de género hasta ahora tan mal vistos.
Si
no hay una banana disponible. ¡No problem!, tienes una cita con tu Orgasmic rabbit triple vibrador y ¡listo!
Un
amigo me confesaba una de las grandes verdades de los tíos. Cuando un titi ama a una tía NUNCA se masturba pensando en ella. Sería como una falta de respeto a su amada. Ahora ya
sabemos que lo que tenemos que preguntar no es “¿cari, me quieres?” sino… “¿cari, te la cascas pensando en mí?, claro que hay tíos que discreparan con esto.
El
sexo oral puede hacerte sentir poderosa, como dice Samantha: “La sensación de poder que te da es muy excitante.
Puede que seas tú la que estés arrodillada, pero le tienes cogido
por las pelotas”. Y sobre todo se “probosexual”. Pruébalo todo al menos una vez (dentro de tus límites personales y siempre que te apetezca hacerlo) ¿Nunca has pensado que cada guarrada que no hagas te
morirás sin hacerla y sin
saber que se siente?
No le tengas miedo al
porno y si encuentras el que más vaya contigo en
la red puede que sea una herramienta muy potente a la hora de subir la temperatura
sola o con pareja, eso sí, recuerda que las
50 sombras de Grey sólo es ficción, y de las malas, y que ningún tío bueno forrado de pasta va a ofrecerte un contrato
multimillonario para que des rienda suelta a sus imaginaciones. Si te ocurre al menos no
caigas en el rol de “pava
24 horas” o lo lamentaras… la idea es
divertirte y evadirte un poco, no ser manipulada.
La
sociedad siempre juzga de manera diferente a hombres y mujeres (también por sus hábitos sexuales).
No permitas que personas que no
tienen ni voz ni voto en tus decisiones personales te influyan. Aunque ten
presente algunas reglas básicas para salvarte
la vida:
- (Casi) siempre el sexo con un ex- es una idea nefasta. Hay demasiados
hombres en el mundo como para repetir con uno que sabes que no te funcionó.
-No te enamores de tu “follamigo”. ¿Vas a coger a la única persona de tu vida que está ahí solo para el sexo, sin sentimientos, y presentarlo
en sociedad?
-Preocúpate y céntrate solo en lo que verdaderamente es importante
en tu vida .¡Tus multiórgasmos con cientos de preliminares! jajaja
Y siempre, siempre recuerda la famosa frase:
-”I love you but I love me more”. ”Te quiero, pero a mi me quiero más”. Samantha Jones.